La decisión de Zapatero de entrar en guerra con Libia ha dejado claro que la utilización que hizo de la presencia de
España en la guerra de Irak no obedecía a una convicción personal de que no hay que participar en este tipo de acciones bélicas, sino que era una maniobra política para desgastar al PP, con la excusa de que la ONU no respaldaba esta intervención
militar. Y que decir de los del “ ¡No a la guerra!”, que si realmente hubieran tenido ese deseo infinito de paz, ya llevarían un mes en la
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