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XXV. GRANADA

1. HISTORIA DE GRANADA

Su construcción la inicia el rey Alhamar, aprovechando la antigua fortaleza ziri. Su hijo, Mohamed II, inicio la mayor parte de los edificios palaciegos y a comienzos del siglo XIV, ya existía una Medina, con comercios, viviendas privadas y edificios institucionales, La Mezquita real (“Megit sultani”) fue edificada por Muhammad III y en aquel entonces,”Madinat al-Hamra” ya era un verdadero núcleo urbano. La ciudad nazarí estaba formada por sus distritos amurallados, comunicados por puertas entre si que se cerraban durante la noche y cada una de ellos divididos en barrios de diferentes tamaños e indiosincracia.
La ciudad mantendría esta estructura, hasta el siglo XVI, tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos.
A partir esta fecha, los reyes posteriores, Dª Juana La Loca y su hijo, el Emperador Carlos V, mostraran un interés por su patrimonio artístico y se invirtieron grandes sumas de dinero en el mantenimiento de la ciudad, con la restauración de la Alhambra y otros edificios de interés. Se desarrolló una política urbanística desde el primer momento, levantando nuevos edificios de gran importancia representativa de la ciudad musulmana. Es la Capilla Real, donde en el futuro se depositaran los restos de los Reyes Católicos.
Posteriormente, el Hospital Real iniciado en 1511; la Catedral proyectada en 1523; el Palacio de Carlos V, junto a la Alhambra en 1526; la Chancillería, iniciada en 1531etc... El carácter típicamente musulmán de la ciudad, originó que los monarcas posteriores, Felipe II, iniciaran una serie de modificaciones para resolver este aspecto y en 1565 da órdenes al Corregidor de la Ciudad, para controlar el carácter peligroso del Albaicin. Con esta idea, para eliminar el carácter musulmán de la ciudad se inicia un proyecto de demolición de algunas Mezquitas transformándolas en Iglesias cristianas, tal es el caso de “Ibn Gimara” en 1521, la de “Antequeruela” en 1540 o incluso la de La Alhambra en 1576 etc,. Se produce una “castellanización” de la ciudad, ensanchando calles. eliminando cementerios y fundando conventos. Se abren o reforman grandes plazas como Bibarrambla; Campo del Príncipe (1513); Plaza Nueva (antigua “Hatabin”1515) etc.,.
El Albaicín quedaría, fuera de esta política de transformación de la ciudad, como consecuencia de la sublevación de los moriscos en 1568, que fue iniciada en el interior del barrio y trajo como consecuencia, la expulsión masiva de sus moradores y el abandono de viviendas, comercios y otros edificios y este lugar único, inició un proceso de ruina, que hizo que el Albaicin hubiera un descenso demográfico notable, de una población de 30.000 habitantes en 1560, a apenas, 5000 habitantes en 1620.
Sería desde el siglo XVII, cuando el Albaicin adquiere la imagen tradicional que aún perdura, con sus carmenes, huertas y poca población.
Tras esta época, la ciudad, no sufrió grandes modificaciones en su imagen y estructura en el periodo del siglo XVI y mediados del siglo XIX, lo que explica, el fuerte declive de la ciudad, en la primera parte del periodo citado, tanto económica y socialmente con su “castellanización” que afecto a sus actividades como la seda o los cultivos de regadío y la expulsión de los moriscos, seguido una serie de catástrofes naturales (inundaciones, terremotos etc.) así, como epidemias y tifus.
Se produce un descenso demográfico, desde los 70.000 habitantes calculados en el primer tercio del siglo XVI, hasta apenas los 39000 en el censo de 1718.
La situación precaria de la economía de la ciudad, originó una serie de los motivos de subsistencia y algaradas en el siglo XVII, siendo uno de los más graves en 1648. Es posteriormente en el siglo XVIII, cuando se recupera la ciudad como consecuencia de una disminución de la tasa de mortalidad y la inmigración del resto de Andalucía que se pone de manifiesto con la proliferación de edificios barrocos de la ciudad, llegándose a superar los 50.000 habitantes en 1752 según el catastro del Marqués de la Ensenada. Como consecuencia de esta novedad, se hicieron grandes urbanizaciones y obras en la ciudad como los Paseos de la Bomba, del Salón, el Paseo del Violón, todos junto al rió Genil y la Plaza de toros del Triunfo (1768) y también los edificios emblemáticos como el castillo de Bibataubin o Puerta Real (1790).
Con la llegada del siglo XIX, se encontró con una ciudad sacralizada, conventual y burocrática, sede de la Real Chancillería, con Universidad y un gran estamento militar que suponía un aumento demográfico temporal que potenciaría el sector servicios, el comercio y la artesanía.
Asimismo, la productividad agrícola de la Vega había convertido a Granada, en una de las ciudades con renta más alta de España y la tercera capital de votos en Cortes.
La estructura urbana, seguía teniendo un carácter medieval, sobre todo en los barrios de intramuros y se conservaba la infraestructura de la época musulmana. A finales del siglo XVIII se produce un gran incremento de la industria de los cultivos de la seda, el lino y el cáñamo, que originó un fuerte incremento económico de la ciudad.
Pero a comienzos del siglo XIX, se produce un decrecimiento de mercados de estos productos como consecuencia de la batalla de Trafalgar, que acaba de cerrar el mercado ingles, principal destino de las hilazas granadinas.
Es el 28 de Enero del 1810, cuando las tropas francesas del general Sebastián, ocupa Granada, permaneciendo allí hasta 16 de Septiembre de 1812. Este período supuso una gran carga económica para la ciudad por las innumerables obras de fortificación que Sebastiáni primero y luego Leval haría a los alrededores de la Alhambra y el Castillo de Santa Elena.
Otras obras fueron el ajardinamiento de los Paseos del Salón y de la Bomba y el Puente Verde sobre el rió Genil que origino la demolición de la torre del Monasterio de San Jerónimo.
Tras el abandono de la ciudad, destruyeron varias torres de las murallas de la Alhambra y otros edificios de uso militar.