GRANADA: HISTORIA DE GRANADA...

HISTORIA DE GRANADA
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero, el Brigadier Francisco Abad Moreno “El Chaleco” quien dirigía su partida de patriotas y fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la comarca de Despeñaperros.
En el año 1833, Javier de Burgos, ministro de Fomento, realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Granada como Capital de la provincia de Granada.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia, quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía, quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas, la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
La primera mitad del siglo XIX, fue de declive económico y estancamiento demográfico, originando problemas endémicos de salubridad. También se originó una perdida de peso político y burocrático pues la Chancillería pasa a ser Audiencia que disminuye su jurisdicción a las cuatro provincias.
Las sucesivas desamortizaciones originaron una perdida del patrimonio artístico y es a partir del periodo de Isabel II, cuando a través de la modernización de la ciudad, se mejoran las condiciones de salubridad y renovación del casco urbano.
Un inesperado auge económico, de las últimas décadas del siglo XIX, fue debido al desarrollo de las Azucareras de remolacha, la primera se instaló en 1868 y la implantación en Granada del Ferrocarril, facilitaron el impulso del comercio y la incorporación de nuevas calles en el entorno del río Darro, cercano a la calle de de los Reyes Católicos, la apertura de la Gran Vía de Colon, el derribo de Zacatín etc.,
A comienzos del siglo XX, Granada disponía de una buena posición social y económica en España, con una economía creciente, basada en la remolacha y las perspectivas de una industrialización en crecimiento.
Este proceso se mantenía durante el primer tercio del siglo y el crecimiento demográfico se incrementa a partir de 1900 (75.900 habitantes en 1900, 103.368 en el censo de 1920, a 155.405 en 1940) multiplicándose la densidad demográfica al doble, en los años posteriores, tanto en la ciudad y en su área metropolitana.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada laGuerra Civil, queda Granada por el bando nacional, donde perdió desafortunadamente la vida el ilustre escritor Federico García Lorca y posteriormente tropas nacionales procedentes de Córdoba liberaron la provincia.
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto:
“Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas, trajo, sin por ello olvidar, otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos, que usaron la extrema dureza.
Vamos a recordar, dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes, que la sufrieron, en su persona, dos genios de la pluma, Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados, por el odio enfermo de los contendientes. Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente, la triste realidad, que denunciaba Mariano José de Larra, del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados, donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social, participaba en actos colectivos como se refleja, el gran genio pictórico, Francisco de Goya, en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado, de mente privilegiada, D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernandos; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía. España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Durante el primer tercio del siglo XX, se desarrollaron las corrientes regeneracionistas, aunque sobre su estructura fuertemente caciquil, controlada por los representantes de Cortes, compuesto por terratenientes y algunos profesionales como Catedráticos de Universidad y abogados
En este periodo, partidos como el PSOE y el Partido Republicano Autónomo de Granada, consiguen aglutinar a parte del electorado, que será decisiva en las elecciones municipales, del 14 de Abril de 1931.
En el primer período de la Segunda República, la ciudad fue gobernada por socialistas y republicanos autónomos, aunque estos últimos se disgregaron como Partido autónomo, en 1932, formando parte del Partido Radical, que creció en votos hasta iguala a los socialistas, en 1933.
Este período (1931-1933) fue socialmente conflictivo en la ciudad l con numerosos disturbios y choques callejeros en el sector azucarero, muy activo, reforzándose en las elecciones en 1933, donde las posiciones conservadoras de Acción Popular y la Unión de Derechas, que después de ganar las elecciones junto al Partido Radical, gobernaron el Ayuntamiento a traves de una Comisión Gestora, tras destituir el pleno de la anterior corporación.
En el período 1933-1936, el Partido Radical queda desaparecido en Granada y la conflictividad social creció, pero volvieron a ganar las opciones conservadoras, aunque con una proliferación de irregularidades que originaron la anulación de los resultados.
Sucede la guerra civil que dejo a Granada, como zona sublevada aislada, entre las zonas controladas por la Republica, lo que se originó un periodo de represión, con la muerte de García Lorca aunque la ciudad no sufrió consecuencias del conflicto bélico.
Durante el desarrollo de la contienda, la ciudad acometió el proyecto de un “Plan de Reforma y Ensanche” activado a partir del 1938 con la llegada a la alcaldía de Antonio Gallego Burin, que supuso una restauración de la ciudad, con la desaparición de barrios enteros como La Manigua, donde se abrió la actual calle Ángel Ganivet.
El grave impacto de la guerra, con la perdida del tejido industrial y la exclusión de Granada de las zonas apoyadas por la Ley de Protección de la Industria del 1939, dio lugar a un estancamiento económico y que descendiera la demografía como consecuencia de la emigración, quedando Granada, como ciudad burocrática y universitaria.
En el último tercio del siglo XX, se desarrolla un potente sector terciario, con el turismo.
Con el gran desarrollo en el periodo de 1.960 al 1970, Granada avanza económicamente hacia un futuro de progreso y bienestar con la incentivacion de la industria, el comercio y el sector servicios siendo uno de los lugares con mayor atractivo turístico de España.