GRANADA: FEDERICO GARCIA LORCA ...

FEDERICO GARCIA LORCA
Será muy difícil que la cultura granadina, o mejor dicho, Andalucía consiga tener un hombre, que pueda poner sobre el papel, la alegría, musicalidad, y sentido de la rima poética, que tuvo Federico García Lorca, con esa chispa que solo la suele producir esa vieja tierra de Andalucía. Son una mezcla tan grande de comprensión, que solo se pudo dar en Federico, hijo de un labrador de la vega de Granada, y una maestra refinada y culta con muchísima sensibilidad, que en Fuentevaqueros, dieron a su hijo una educación desde su niñez, con esa forma de sentir, pensar y vivir, que después de su muerte violenta, en 1936, hoy en día trascurridos 79, años, nadie ha podido impedir su gran estela, en poesía y teatro. Su pueblo en la vega de Granada, parece entender, que todo aquel ambiente, de familias humildes, con algunas de ellas de raza gitana, pudieron haber sido la musa de su romancero gitano, con algunas de sus coplas, hoy día famosas entre las gentes de nuestra querida España. Federico dejó su huella de literato, en la mayoría de sus composiciones, y su sombra nunca quedo en el olvido, como algunos de sus asesinos pensaron, se sabe que la envidia, y las malas personas, le llevaron a la muerte, pero jamás consiguieron eliminar, su palabra de poeta andaluz, a él le hubiera gustado a ver visto florecer la cultura en su tierra, esa cultura popular por la que mucho luchó, y por la que algunas personas no le perdonaron. Después de conocer su casa de Fuentevaqueros, en Granada, y visitar la del poeta Miguel Hernández, en Orihuela, Alicante, se me vienen a la memoria, un montón de coincidencias, los dos vivieron en barrios obreros, con algún autónomo de poco poder económico, y sin muchos medios en aquellos años para poder pagarse unos estudios que les hicieran más fácil su vida, a la que sus respectivos padres no les hacía ninguna gracia, dejar que sus hijos no siguieran su camino de labradores y ganaderos, viviendo de las faenas del campo. Los dos poetas se conocieron en la Residencia de estudiantes de Madrid, y los dos murieron por defender la cultura popular, aunque su signo nunca llegue a ser borrado, ni aun prohibiendo sus libros en la época de la dictadura, pudieron evitar que su reconocimiento intelectual, pasara las fronteras. Sus libros basta que fueran prohibidos, para levantar el morbo que en muchos lectores despertaba. Federico sigue corriendo caminos en la vega de Granada. Dicen que existen suspiros en las rosas más tempranas, y que sus campos fértiles revisan las madrugadas, Los ecos de Federico son cultura entrelazada, por mucho que pase el tiempo, su voz seguirá encantada, y sus calles tienen sombras que no serán eclipsadas, Federico es un poeta que su voz no está borrada, y se conoce en su tierra que la dejó bien grabada, Las sendas y los caminos que conducen a Granada, supieron de Federico en su juventud quebrada.
G X Cantalapiedra