Al igual que los
gigantes, forma parte del cortejo civico que acompaña a la
procesión religiosa del Santisimo
Corpus Christi, según las cronologias historicas, sus origenes se remontan a la provenza francesa, en Tarascón, y simboliza el bién sobre el mal, que se representaba con
Santa Marta pisando al
dragón.
Es de los pocos lugares en
España, donde se mantiene la
tradición, si bién en siglos pasados era bastante habitual en la mayor parte del territorio.