España adquirió más territorio en una sola generación que el conquistado por Roma en cinco siglos. A la postre fue dueña de toda América Meridional y Central, desde el cabo de Hornos hasta el río Bravo, y además, de mucho de lo que son ahora los Estados Unidos. (En 1580, España tenía las únicas colonias europeas permanentes en el Nuevo Mundo, además de puestos avanzados en Filipinas.)