21 000 A. C. Se encuentran los primeros indicios de la utilización del arco y la flecha, unas puntas de piedra halladas en la cueva de Parpalló, en España. También se encuentran evidencias en el arte primitivo de 20 000 A. C. Esto hizo posible el ataque a mayor distancia que la lanza arrojadiza, y fue la primera arma para herir desde lejos. El arco siguió siendo un arma de primera importancia en la guerra hasta comienzos del siglo XV.