Con tan solo una firma, Thomas Jefferson, el tercer presidente de los EEUU, electo en 1801, duplicó el tamaño del país. La Adquisición de Louisiana de 1803 compró tierra que Francia había adquirido de España tres años antes, pero Napoleón Bonaparte consideraba que era poco ventajosa, sobre todo después de que la rebelión de esclavos en Haití y la enfermedad tropical minaron sus aventuras caribeñas. Robert R. Livingston, el embajador americano en Francia, negoció la venta con el ministro francés Talleyrand, quien afirmó lo siguiente: ‘han conseguido un noble trato para ustedes, y supongo que sacarán el mayor provecho de él’.