Los españoles iniciaron lo que hoy es la tradición vaquera, que comenzó con el sistema de hacienda en la España medieval. Este estilo de ranchos se esparció a través de la península ibérica, y luego fue importado a América. Las dos regiones poseen un clima seco y poco pasto, y por eso los ganados grandes requerían vastas porciones de tierra para obtener suficiente forraje. La necesidad de cubrir distancias grandes dio lugar al desarrollo del vaquero a caballo.