Los ostrogodos se libraron del dominio huno y, a finales del siglo V, siguieron a sus congéneres, los visigodos, hasta
Italia. El emperador de oriente, que quería deponer al virrey bárbaro reinante, los animó a llevar a cabo la invasión. Los godos entraron en Italia en el 448 bajo las órdenes de Teodorico, que ya era rey de los actuales territorios de
Suiza y los Balcanes, completando su conquista en el 493.