El Presidente de los
Estados Unidos, Barack Obama, oyò tanto hablar de los gallegos, que decidio invitar a un grupo de ellos.
Manda su propio aviòn a recojerlos y se les prepara un gran recibimiemto en el hangar presidencial, donde colocan una tarima, con
banda, alfombra y
letreros dàndole la bienvenida a los huèspedes gallegos.
Al llegar el aviòn, la banda empieza a tocar y los
coros a cantar, pero los gallegos no bajaban del aviòn.
El Presidente, nervioso porque no bajan, manda a su secretario
... (ver texto completo)