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CUEVAS DEL CAMPO: GRACIAS El pasado 1 de junio de 2006 falleció José...

GRACIAS

El pasado 1 de junio de 2006 falleció José Manuel Hernández García, médico, poeta y político, andaluz. La familia queremos agradecer el apoyo recibido: al pueblo entero de Cuevas del Campo, de donde era natural y se crió, por el multitudinario entierro; a los vecinos que han llevado zumos y alimentos en esos días terribles y haciendo las tareas domésticas que ninguno acertábamos a hacer y por acompañarnos en la durísima jornada de velatorio y, aún ahora, por acudir día a día a consolar a una inconsolable familia; a los compañeros de trabajo, y Del Ruiz de Alda, donde se formó como especialista cirujano y del Clínico donde ejercía su profesión, quienes le dieron el honor de llevar su cuerpo a hombros hasta la iglesia; a los compañeros de militancia política, antiguas y nuevas directivas, desde el nacional a los comités locales de Armilla, Granada y Cuevas del Campo, por los lazos negros en la bandera andaluza, su bandera, y por despedirlo como andaluz que ama Andalucía, con el último himno de Andalucía y al grito, ahogado, de ¡ Viva Andalucía Libre!. Y amigos suyos y nuestros que continuamente llegan de todas partes a darnos sus recuerdos.
La medicina la ejercía no como trabajo sino como pasión, haciendo agradable a compañeros y pacientes el hospital, de forma sencilla, reflexiva, serena. Un genio hace lo complicado fácil y más, agradable. En la poesía utilizaba las palabras de forma que darían envidia al mismo Borges: sus metáforas…nunca habrá otras, nunca. En política era un maestro, creó la agrupación andalucista de Armilla y guió, como siempre lo hizo, a su hermano menor en la reciente de Cuevas del Campo: predecía fácilmente los movimientos y jugadas. La política la quería para hacer dignas a las personas y no para otra cosa. Era un genio, cualquier cosa que hacía la rodeaba con la calidad de intelectualidad, cualquier cosa. Este mundo era demasiado predecible y aburrido para él. Ël decía que los mejores se iban, es verdad. Algo que para él era tan de Perogrullo y que los demás contradecíamos, ahora lo sabemos.
Y que decir como persona, como amigo, como compañero, como vecino. Los comportamientos recibidos son, claro está, reflejo de su comportamiento diario.
Si como amigo, como médico, como intelectual, como político se ha perdido todo eso imaginad lo que hemos perdido para los que somos sus primos, sobrinos, cuñados, tíos, hermanos, hijos y padres. Terrible. Los recuerdos de él caen ahora como piedra sobre piedra y así será hasta el fin de nuestros días.
Gracias en nombre de su familia y si pudiéramos, en nombre suyo.