MUJER ZUJAREñA Y TAMBIéN CUEVEñA
Mujer de mirada simulada e incansable,
Que desde temprano te pones a faenar,
Empezando con los niños de la escuela,
Después, a pasar a cocinar, lavar y ayudar.
Tú no conoces pinturas, joyas, ni fragancias
Como la gente de la ciudad;
Las únicas que conoces son las del sol
En contacto con tu rostro, te adornas
Y perfumas con flores que sólo contigo
Dejan sentir un aroma encantador.
Tu amor hacia los semejantes es puro,
Sin hipocresías, aunque te hayan tratado mal,
Tu fe en Dios es mayor que el orgullo de los demás:
Así encontrarás la felicidad.
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Mujer de mirada simulada e incansable,
Que desde temprano te pones a faenar,
Empezando con los niños de la escuela,
Después, a pasar a cocinar, lavar y ayudar.
Tú no conoces pinturas, joyas, ni fragancias
Como la gente de la ciudad;
Las únicas que conoces son las del sol
En contacto con tu rostro, te adornas
Y perfumas con flores que sólo contigo
Dejan sentir un aroma encantador.
Tu amor hacia los semejantes es puro,
Sin hipocresías, aunque te hayan tratado mal,
Tu fe en Dios es mayor que el orgullo de los demás:
Así encontrarás la felicidad.
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