El reloj de la plaza gime sus notas, en el despejado azul pentagrama, notas, que se pierden, para pasar a oídos más lejanos. Su lenguaje nos dice lo que ha pasado. Los niños se apresuran, la hora del colegio ha llegado, el agricultor ensilla la mula, para iniciar la faena del campo, la esposa arregla la casa, porqué una misa la está esperando. El camarero del bar del paseo canturreando un estribillo por bajo, limpia las mesas y sillas, y así poder, mostrar su trabajo.
¡ OH reloj no te pares ! la gente se rige de ti, para su trabajo, si algún día vas a pilas, no marques, otro ritmo en el trabajo.
Desde la plaza con amor. A.R.
¡ OH reloj no te pares ! la gente se rige de ti, para su trabajo, si algún día vas a pilas, no marques, otro ritmo en el trabajo.
Desde la plaza con amor. A.R.