En la quietud de la vega
Se oyen el temblor de las campanillas,
Son las cabras oscuras y nerviosas,
Conducidas por el silbido agudo y tajante,
El cabrero marca el paso por un ribazo
Comen corregüela entre salpicadas y vistosas florecillas.
Con sonido estridente acompañado de un terrón certero,
Aparta una cabra de una oliva.
El sol se desnuda sobre los almendros con su s frutos abiertos.
Higueras ennegrecidas las visitan pájaros hambrientos.
Yo siguiendo el sendero, por una vereda estrecha,
Regreso al pueblo. A.R.
Se oyen el temblor de las campanillas,
Son las cabras oscuras y nerviosas,
Conducidas por el silbido agudo y tajante,
El cabrero marca el paso por un ribazo
Comen corregüela entre salpicadas y vistosas florecillas.
Con sonido estridente acompañado de un terrón certero,
Aparta una cabra de una oliva.
El sol se desnuda sobre los almendros con su s frutos abiertos.
Higueras ennegrecidas las visitan pájaros hambrientos.
Yo siguiendo el sendero, por una vereda estrecha,
Regreso al pueblo. A.R.