Recuerdo perfectamente cuándo se construyó este puente. Aquí había un vado del río Guardal en el camino hacia Baza. En este mismo lugar había unos chopos grandes y sobre ellos se apoyaban unos troncos de chopo que los vecinos ponían para, al menos, poder pasar si el río venía crecido. Cada cierto tiempo había que remozarlo para evitar roturas y facilitar el paso de las personas y de algún animal. ¡Cuántas veces lo crucé y cuántas, desde su altura, nos lanzábamos al río en el verano para bañarnos...