Teníamos tan solo una habitación, por escuela, tan solo una maestra, la calefacción, la latas de sardinas, con un buen alambre, picón y brasas del horno de Pedro, pero amigos, aprendíamos a escribir, a saber de nuestra geografía, sin dejar de lado los cinco continentes, ríos, afluentes, ríos del mundo, montañas y cadenas montañosas, nacionales y mundiales, historia, desde la Prehistoria, hasta la edad contemporánea (En la que dicen seguimos) nos situábamos por las estrellas, de día por la sombra y el sol, reglas de tres, tantos por cientos, raíces cuadradas, geometría, longitudes, monedas empleadas en los distintos países, no teníamos un gran surtido de material escolar, se acaba la goma y como nos servía una miga de pan del bocadillo del recreo, vuelta a amasar, lista para borrar, se rompía el compás, pues la guita amarrada al lápiz y la circunferencia quedaba, redonda, monda y lironda (¡Ay las pesetas, que pena de nuestras pocas Ptas.) llegamos al instituto y teníamos que pasar la prueba de ingreso, con solo 10 años a comunicarnos sin emplear palabras y conversaciones soeces, teníamos un sentido agudizado, de la palabra amistad, nos divertiamos de corazón, había una sana unión, carecíamos (Afortunadamente) del móvil, sobrevivimos, sobrevivió y sobrevive el AMOR con o sin distancias, de los modélitos poco o nada nos preocupabamos. Aquellos partidos de fútbol, ¡Que gozo! nada de Nike, si así verano, la sandalia, invierno, los gorilas de poner, limpiar y hasta los domingos llevar, no teníamos luz, si quinqués, petromas, hasta que llegó el camping gas, de TV. que agradecida estoy por lo que tardo en llegar a España, estaba la radio, teníamos charlas, entre familias, y vecinos, se hablaba de lo Divino y Humano. Médico un gran Don Miguel Santaolalla Pérez, divertido hasta la guasa, bruto y a la vez de una humanidad, casi imposible de encontrar hoy día. Pues claro, que había que modernizarse, lo que no es lo mismo, aborregarse, en fin, Baúl, nos enseño muchas cosas, a ser sobre todo HUMANOS, a conservar nuestras convicciones, la lealtad, la dignidad, la solidaridad, incluso éramos mucho más libres y menos esclavos, aprendimos a sobrevivir, dentro de unos valores, morales, cívico, sociales. Un abrazo paisanos. Os quiere. Teresa