COMPARACIÓN.
¿A que ustedes no adivinan
Lo que vale una gallina
Comparada a una mujer?
Yo tampoco lo sabía
Hace ya unos cuantos años.
Pero en cambio ya lo se
A fuerza de desengaños.
Las mujeres por su precio
Lo más que pueden valer
De cuatro a cinco pesetas
Si es que son buenas para poner.
Pues las pollitas ya inventadas
Se pueden por la edad
Pagar más caras.
Las de veinte
Si hay hermosura
Valen por productivas
En sus posturas
Las que tienen veinticinco
Bien carean
Por ver si hay
Un pollo que
Les haga la rueda.
La que no engancha
Y por desgracia
Llega a los treinta
Del desengaño
Se les cae el ala
Y dobla la cresta.
Las de cuarenta
Pierden las plumas
Y la pechuga
Ya no se puede
Nada más que al precio
De las lechugas.
Autor: Bernardo Perea.
¿A que ustedes no adivinan
Lo que vale una gallina
Comparada a una mujer?
Yo tampoco lo sabía
Hace ya unos cuantos años.
Pero en cambio ya lo se
A fuerza de desengaños.
Las mujeres por su precio
Lo más que pueden valer
De cuatro a cinco pesetas
Si es que son buenas para poner.
Pues las pollitas ya inventadas
Se pueden por la edad
Pagar más caras.
Las de veinte
Si hay hermosura
Valen por productivas
En sus posturas
Las que tienen veinticinco
Bien carean
Por ver si hay
Un pollo que
Les haga la rueda.
La que no engancha
Y por desgracia
Llega a los treinta
Del desengaño
Se les cae el ala
Y dobla la cresta.
Las de cuarenta
Pierden las plumas
Y la pechuga
Ya no se puede
Nada más que al precio
De las lechugas.
Autor: Bernardo Perea.
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