2º PARTE DE LA HISTORIA: Era un niño muy piadoso. Con mucha frecuencia me encontraba con él en nuestra Iglesia de Hinojosa haciendo la visita al Señor o participando en el santo rosario a la Virgen; en muchas oportunidades confesó conmigo y lo hacía con tal devoción que de no conocer a sus piadosos padres, me hubiera extrañado a mí mismo. Sevilla, mayo de
1990.
Cuando cayó enfermo y me enteré‚ como responsable de la Primaria en nuestro Colegio, fui a verlo y él se alegró de mi visita. Yo traté, la primera vez, de darle ánimo, diciéndole que pronto estaría bueno y podría volver de nuevo al colegio; pero, después, viendo la conformidad con que él había aceptado la voluntad de Dios, cuando volvía a verlo, salía edificado por su manera de hablar, ofreciendo sus dolores por los pecadores y por las vocaciones, pues, su deseo y así me lo había manifestado en varias oportunidades era ser mariano
Carmelita. El día que murió, recuerdo que lo comentamos en comunidad por la amistad que nos unía con la familia Franco Sánchez, y el lunes al comenzar la clase, hicimos una oración al Señor por su alma y le dije a sus compañeros de clase: él seguramente está en el cielo; pues, Dios le quiso purificar con su dolorosa enfermedad, que él aceptó con verdadera fe y amor porque amaba mucho al Señor.
Firma: P. José A. Cobos, O. Carm.
1990.
Cuando cayó enfermo y me enteré‚ como responsable de la Primaria en nuestro Colegio, fui a verlo y él se alegró de mi visita. Yo traté, la primera vez, de darle ánimo, diciéndole que pronto estaría bueno y podría volver de nuevo al colegio; pero, después, viendo la conformidad con que él había aceptado la voluntad de Dios, cuando volvía a verlo, salía edificado por su manera de hablar, ofreciendo sus dolores por los pecadores y por las vocaciones, pues, su deseo y así me lo había manifestado en varias oportunidades era ser mariano
Carmelita. El día que murió, recuerdo que lo comentamos en comunidad por la amistad que nos unía con la familia Franco Sánchez, y el lunes al comenzar la clase, hicimos una oración al Señor por su alma y le dije a sus compañeros de clase: él seguramente está en el cielo; pues, Dios le quiso purificar con su dolorosa enfermedad, que él aceptó con verdadera fe y amor porque amaba mucho al Señor.
Firma: P. José A. Cobos, O. Carm.