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HINOJOSA DEL DUQUE: Pués os contaré el caso verídico que le ha pasado recientemente...

Pués os contaré el caso verídico que le ha pasado recientemente a mi vecino Don Crisantermo, que está el pobre hombre podriito de dinero. Billetes tiene pa empapelar la catedral con ellos, pero también tiene algo que le sobra en demasía, años, el hombre no está ya dispuesto ni pa echarse un baile en la caseta "El Renge" Total que razona y dándole por pensar, piensa que tiene que sentar cabeza y buscarse un buén sítio para su futuro y el día de sus 80 cumpleaños, se le hizo la luz y calló por sus manos la propaganda de un "Gran Resort para la tercera edad de super lujo, en la discreta ciudad de Marbella" El que tiene pudientes y no repara en gastos, allí se dirige y lo reciben estupendamente y de lujo. De lujo el trato, de lujo la factura y de lujo el establecimiento.
Recibe la visita del director del complejo que le aclara. "Aquí Don Crisantermo lo tiene usted todo incluido y todo está a su disposición. Vibirá usted como un rey y recibirá toda clase de atenciones, sus deseos serán todos cumplidos y todos estammos a su disposición"
Pués muy bién señor director, aquí me quedo, porque se vive muy bién.
Pasa una semanita y muy feliz, muy feliz, el pobre y rico hombre. En eso que una mañana sale de su lujoso habitáculo y se encuentra con una enfermera... ¡ay que enfermera!.... se queda el mocito sin aliento ni palabras. La muchacha le dá los buenos días y luego se agacha una mijita pa ordenar el carrito de las pastillitas pa los nervios y Don Crisantelmo aprovecha y sin poderse controlar... ¡Zassss.... se la cepilla! Total de maravilla y todo está incluido como le dijo el director del lujoso resort.
Muy contento y feliz vá nuestro potentado por el pasillo apoyado en su bastón y dio la casualidad que el instrumento de apoyo se le deslizó y calló al suelo. Don Crisantelmo se agachó trabajosamente para recogerlo y por allí vino a pasar otro huésped, que al verlo en esa posición... ¡zasss.... que puntazo le atizó en semejante ojete!
Después de este dañino episodio, confuso y patidifuso nuestro pobre adinerado se dirige al despacho del director y le pide la cuenta de sus gastos, porque abandona aquel antro.
Pero.... ¿Por qué se quiere usted marchar, si ayer estaba muy a gusto con nosotros?
Pués mire usted, la explicación es muy sencilla. A mí se me empina una vez al año, pero caérseme el bastón se me cae cien veces al día.