Maruja, está en ello.
Esta mañana hemos estado nosotros hablando con mis hijos y mi marido y la verdad es que es una maravilla.
No veas Amanda cuando ve al abuelo, se le encandilan los ojos, empieza: abelo, abelo Carlos y el abuelo ni te quiero contar como se le llenan los ojillos de lágrimas.