Rafi esta mañana se te olvidó abrir la puerta y me tuve que meter casi de contrabando.
Maruja, por la mañana, a primera hora, me da un poco de apuro sentarme pronto, hay que atender a las niñas.
Rafi yo no me siento nunca en el ordenador, lo tengo a mano y cada vez que paso por su lado, si nó voy muy deprisa, lo saludo.