¡Buenas tardes Pepi! Ahora que te leo por aquí te voy a contar un chascarrillo.
Dicen que un hombre que se dedicaba a la compra-venta de aceite tenía una hija mu torpe y mu tontuela. Como el hombre tenía que ausentarse del negocio, dejó a su hija encargada de atender el teléfono y le dijo que pusiera mucha atención en lo que le dijeran los que llamaban.
Cuando vuelve a las dos horas se encuentra con su hija sentada delante de un bidón inmenso y con el telefóno metido dentro del bidón.
El padre le pregunta extrañado... Pero... ¿Qué haces ahí con ese cacharro?
Es que han llamado y me han dicho que me prepare bién para recibir 10.000 litros de aceite y yo me he preparado, pero hasta ahora papa, por aquí no ha caido una gota.
Dicen que un hombre que se dedicaba a la compra-venta de aceite tenía una hija mu torpe y mu tontuela. Como el hombre tenía que ausentarse del negocio, dejó a su hija encargada de atender el teléfono y le dijo que pusiera mucha atención en lo que le dijeran los que llamaban.
Cuando vuelve a las dos horas se encuentra con su hija sentada delante de un bidón inmenso y con el telefóno metido dentro del bidón.
El padre le pregunta extrañado... Pero... ¿Qué haces ahí con ese cacharro?
Es que han llamado y me han dicho que me prepare bién para recibir 10.000 litros de aceite y yo me he preparado, pero hasta ahora papa, por aquí no ha caido una gota.
Pobre hija lo que necesita es un hervor está a medio hacer