Luceros los ojos de mi vaquera,
que reflejan quietud de una mañana.
Prendado fué el Marqués de Santillana,
ver "moza tan fermosa en la pradera".
Ya no estás ni en el prado, ni en la era,
dando a mi sed, agua fresca serrana.
Hoy pasa tu figura más cercana,
al cruzarte a mi lado por la acera.
Me extasía y requiebro tu belleza,
que por capricho de Dios, te hizo hermosa.
Conservas de tus sierras su grandeza,
de sus valles en flor, eres rosa.
Siempre señora y portas la nobleza,
que legas a tus hijos de Hinojosa.
que reflejan quietud de una mañana.
Prendado fué el Marqués de Santillana,
ver "moza tan fermosa en la pradera".
Ya no estás ni en el prado, ni en la era,
dando a mi sed, agua fresca serrana.
Hoy pasa tu figura más cercana,
al cruzarte a mi lado por la acera.
Me extasía y requiebro tu belleza,
que por capricho de Dios, te hizo hermosa.
Conservas de tus sierras su grandeza,
de sus valles en flor, eres rosa.
Siempre señora y portas la nobleza,
que legas a tus hijos de Hinojosa.