Era un joven matrimonio
que en Hinojosa habitaban,
eran por todos queridos
por lo bién que se llevaban.
Pero un día la tristeza
acabó esta felicidad,
y las penas y amarguras
llegaron al pobre hogar.
Años malos se acercaron
de penas y sufrimiento,
acabándose el dinero
faltando para el sustento.
Ante tanta desventura
sin encontrar solución,
el marido decidido
la encuentra en la emigración.
Qué triste la despedida
promesas por ambas partes,
yo te mandaré dinero
en cuanto allí yo trabaje.
Al llegar a Barcelona
trabajo pronto encontró,
llevádose a su mujer
como un día prometió.
Tenían un nuevo hogar
y formaron una familia,
contentos en esta tierra
por su gran acogida.
El tiempo fué pasando
y de vacaciones a Hinojosa fueron,
y tanto a la entrada como a la salida
las lágrimas les calleron.
Los hijos ya mayores
a sus padres contemplaban,
que con el paso de los años
de Hinojosan se acordaban.
Qué bonitas las vacaciones
cuando viajas por placer,
y cuantos sitios tan bonitos
que quieres conocer.
Pero emoción y felicidad
siempre vas a tener
cada vez que vayas
al pueblo que te vió nacer.
que en Hinojosa habitaban,
eran por todos queridos
por lo bién que se llevaban.
Pero un día la tristeza
acabó esta felicidad,
y las penas y amarguras
llegaron al pobre hogar.
Años malos se acercaron
de penas y sufrimiento,
acabándose el dinero
faltando para el sustento.
Ante tanta desventura
sin encontrar solución,
el marido decidido
la encuentra en la emigración.
Qué triste la despedida
promesas por ambas partes,
yo te mandaré dinero
en cuanto allí yo trabaje.
Al llegar a Barcelona
trabajo pronto encontró,
llevádose a su mujer
como un día prometió.
Tenían un nuevo hogar
y formaron una familia,
contentos en esta tierra
por su gran acogida.
El tiempo fué pasando
y de vacaciones a Hinojosa fueron,
y tanto a la entrada como a la salida
las lágrimas les calleron.
Los hijos ya mayores
a sus padres contemplaban,
que con el paso de los años
de Hinojosan se acordaban.
Qué bonitas las vacaciones
cuando viajas por placer,
y cuantos sitios tan bonitos
que quieres conocer.
Pero emoción y felicidad
siempre vas a tener
cada vez que vayas
al pueblo que te vió nacer.
hola Sebastián,
esto mismo lo vivimos en nuestras propias carnes, dos o tres veces
al año,
tan verdad como la vida misma,
y siento muchisimo que tu amigo solo pueda ver la cale desde la ventana, eo es lo peor de todo
esto mismo lo vivimos en nuestras propias carnes, dos o tres veces
al año,
tan verdad como la vida misma,
y siento muchisimo que tu amigo solo pueda ver la cale desde la ventana, eo es lo peor de todo
Quise decir la calle y eso es lo peor