Pués sí Mari, yo tengo un
amigo de Antequera que cada vez que sale en la conversación mi
Pueblo me dice... Nó comí yo ni ná "trompitos" (galbanzos) en Hinojosa, pero en los carmelitas todos los días había pa
comer.
Para comer y para aprender, porque el trajo de allí el intelecto muy bién formado.