Un joven argentino está en su cuarto, mirándose al espejo. Bueno, más bien admirándose...
- ¡Che, qué rebueno que estoy! Soy alto, guapo, cachas, listo, rico, simpático...
En esto, que se abre la puerta y entra su padre:
- Hijo, tengo una noticia que darte: ¡tu hermana se va a meter a monja!
- ¡No me digás! Alto, guapo, cachas, listo, rico, simpático... y además, ¡cuñado de Dios!
- ¡Che, qué rebueno que estoy! Soy alto, guapo, cachas, listo, rico, simpático...
En esto, que se abre la puerta y entra su padre:
- Hijo, tengo una noticia que darte: ¡tu hermana se va a meter a monja!
- ¡No me digás! Alto, guapo, cachas, listo, rico, simpático... y además, ¡cuñado de Dios!
¡este no es mejor!