Con el
arte que visitaba el
huerto, ni los pimientos ni los tomates podían con el poderío de mi
amiga Mari Carmen y yo. Cuando entrabamos, las
hortalizas de ponían todas de pie. Chiquilla....
¡Anda que no tienen
arte! ¡vaya par d'ellas! ponian firmes los pimientos y coloraos a los tomates y morás la berengenas. Si es que tienen mussscho poderio. ¡que buena gente! que hay en
San Gregorio.