Pués eso de la burra me recuerda una historia que viví yo por aquí y nada tiene que ver con nuestras cosas, pero si yo estuve casi presente pués opinar..
Donde yo vibía aquí en Málaga había una mujer muy relimpia, que para entrar en su casa, te sacaba un trozo de manta, te lo tenia que poner en los pies y descalzarte y luego entrabas, porque si nó le habías estropeado el brillo de la cera. Eso lo hacía con todas las pocas personas que entraban a su pisito.
Ella tenía un marido ¡pobre hombre! trabajaba en un hotel en turno de noche y dormía de día.
Un día vuelve el marido de trabajar a las nueve de la mañana y ella le dice.. No entres, no entres, que acabo de echar la cera y no puedes pisar... En eso que ese hombre jartito de toda la noche le dice.. ¿qué nó puedo pasar, que no puedo pisar? Pués ahora me meo en tu suelo.. y zass.. a mear... ¡Qué escándalo, se armó una... y tuvieron que salir a mediar todos los vecinos!
No es un chiste, yo lo he visto.
Donde yo vibía aquí en Málaga había una mujer muy relimpia, que para entrar en su casa, te sacaba un trozo de manta, te lo tenia que poner en los pies y descalzarte y luego entrabas, porque si nó le habías estropeado el brillo de la cera. Eso lo hacía con todas las pocas personas que entraban a su pisito.
Ella tenía un marido ¡pobre hombre! trabajaba en un hotel en turno de noche y dormía de día.
Un día vuelve el marido de trabajar a las nueve de la mañana y ella le dice.. No entres, no entres, que acabo de echar la cera y no puedes pisar... En eso que ese hombre jartito de toda la noche le dice.. ¿qué nó puedo pasar, que no puedo pisar? Pués ahora me meo en tu suelo.. y zass.. a mear... ¡Qué escándalo, se armó una... y tuvieron que salir a mediar todos los vecinos!
No es un chiste, yo lo he visto.