Dicen que en la extrema antiguedad antidiluviana, estaba un primo de Noé arando su campo, pero el burro que le ayudaba no quería trabajar, por mucho que él lo azuzara y empujara. Pasa por allí otro primo de Noé y se queda contemplando el furor de su pariente y lo pasivo que estaba el burro.
Le dice el otro, yo ya no se que hacer para que trabaje este borrico. Entoncés su primo se pone detrás del burro, le levanta el rabo con una mano y alargó las otra. el burrro dió un agudo relicho, hizo una pirueta en el aire y salío corriendo perdiendose en el cerro más cercano.
¿Qué le has hecho? solo le retorcí los huevos bién fuerte, contesta el otro.
Pués ya me los puedes retorcer a mí también, porque tengo que salir a buscarlo, me lo ha prestao Noé y él tiene a su pareja., sin él nos quedamos sin burrros en la Tierra.
Le dice el otro, yo ya no se que hacer para que trabaje este borrico. Entoncés su primo se pone detrás del burro, le levanta el rabo con una mano y alargó las otra. el burrro dió un agudo relicho, hizo una pirueta en el aire y salío corriendo perdiendose en el cerro más cercano.
¿Qué le has hecho? solo le retorcí los huevos bién fuerte, contesta el otro.
Pués ya me los puedes retorcer a mí también, porque tengo que salir a buscarlo, me lo ha prestao Noé y él tiene a su pareja., sin él nos quedamos sin burrros en la Tierra.