Como los remedios de mi pueblo no hay ná.
Una vez uno que estaba enreando con un destornillador, se lo puso en el ombligo y se dió dos vueltas y se le cayó una chola. Tendria ahí un prisionero.
Una vez uno que estaba enreando con un destornillador, se lo puso en el ombligo y se dió dos vueltas y se le cayó una chola. Tendria ahí un prisionero.
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