Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina: tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años.
El médico vino a la casa para ver si estábamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre se ofreció a comprarle el tubito.
El médico vino a la casa para ver si estábamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre se ofreció a comprarle el tubito.