Deteniendo severo magistrado
su pie ante las canéforas preciosas,
mira en sus caras de purpúreas rosas
el pudor por carmines dibujado.
El temblador ropaje replegado
les da esbeltez de
vírgenes graciosas
y llevan en las manos primorosas
ricas bandejas de oro cincelado.
... (ver texto completo)