¡Bueno! Os voy a contar algo que le pasó a mi
amigo Manolo cuando un amigo japonés que él tenía se puso muy malito y Manolo fué a visitarlo en el
hospital.
Encontró al amigo japonés todo entubado, era tubo por aquí, tubo por allá, cables por todos lados.
Se quedó allí parado, en silencio, al lado de la cama del amigo de ojitos cerrados, sereno, reposando con todos aquellas mangueras conectados a su pequeño cuerpo.
De repente, en un momento dado, repentinamente, el japonés con los ojos casi
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