Un matrimonio quiere pintar un piso y llama a un pintor.
El marido vuelve del trabajo y creyendo que la pintura está ya seca, pone las manos en la
puerta y deja los dedos señalados.
Al día siguiente llega de nuevo el pintor y la mujer le dice.. Venga al dormitorio y le enseñaré el sitio donde mi marido puso la mano anoche.
Y el muchacho responde..
Sin querer ofender señora, preferiría un cafelito.