Ya si es que es lo que pasa con las casas grandes, la voy a cambiar por una de estas de 60 metros y trabajare menos y estare agustito.
Mari, como decía la ministra, un apartamento de 28 metro cuadrados, ahora que su despacho tenía tantos metros como mi
casa entera.
Voy a cenar un gallito, pero sin plumas ni espolones.