Las palabras nobles de senciridad ante el respeto de unos y otros de Volanges en estas paginas, me recuerdan a ese padre y gran amigo que siempre puso orden en nuestro grupo de aficionados a la musica de cuerda. Nunca se enfadó con ninguno y de el partia de tocar en Silillos, la Peñalosa. Las serenatas solicitadas por los enamorados en molinos y casillas.
Los domingos que no se salia fuera tocamos en el callejon y su padre Julio que tocaba la bandurria fue siempre nuestro profesor y ensañanos en el mismo tejar.
Hoy, a mis 80 años los recuerdos del pasado es algo que me aproximan al encuentro con ellos, la vida es en si es muy corta, mas cuando se anticipa de imprevisto.
Yo tengo dicho a mis hijos que mis senizas se exparsan por el sementerio de Fuente Palmera, de esta manera las almas de los 14 amigos que me esparan se uniran. Asi son mis pensamientos cuando se acortan los perdaños de la vida.
Juan Diaz Bamont.
Los domingos que no se salia fuera tocamos en el callejon y su padre Julio que tocaba la bandurria fue siempre nuestro profesor y ensañanos en el mismo tejar.
Hoy, a mis 80 años los recuerdos del pasado es algo que me aproximan al encuentro con ellos, la vida es en si es muy corta, mas cuando se anticipa de imprevisto.
Yo tengo dicho a mis hijos que mis senizas se exparsan por el sementerio de Fuente Palmera, de esta manera las almas de los 14 amigos que me esparan se uniran. Asi son mis pensamientos cuando se acortan los perdaños de la vida.
Juan Diaz Bamont.