Perdona que yo confundiera la Cañada con el Villar, despues de 30 años sin pisar la colonia, desde Ecija a Fuente Palmnera el psaisaje que yo conocia no era parecido en nada al que hoy tiene. Recuerdo el camino de tierra; chozas exparcidas, las cabras y de mas ganado suelto. Cada kilometro tenia que preguntar por donde se encontraba Fuente Palmera, y hasta que no di vista al puente no estaba serguro.
Nadie puede imaginarse si no lo vive, encontrarte en tu pueblo y sentirte forastero, Gracia a mi amigo Manolito Morcilla, que en paz descanse, reconocia a hijos de mis amigos. Parami el sentirte forastero es igual al siego que se tiene que valer del lazarillo.
Algo que nunca olvidaré del barrio (hoy calle las parras), donde yo nasi, en el vive mi amigo paquillo el de chaleco, en la casa que era de los padres del cabrero. Esta casa era como nuestra desde niño. Al entrar por esa calle notas algo raro, nadie te saluda, si hay alguna mujer en la puerta se mete dentro.
Cuando me disen que mi amigo paquillo vive en casa del cabrero, yo entro al portal y con voz alta digo !Paquillo!, con esa alegria, salió su esposa y medijo, quien es Dv. Para dar esos gritos en mi casa. Yo le dije, perdone que me creo estar en micasa en los años 1940 cuando tenia 14 años y esta casa era de todos los niños del barrio.No se como se puede retornal al pasado sin darte cuenta. Le pedi perdon, salio mi amigo paquillo, nos dimos un abrazo y su esposo comprendió que esto se produce sin pensar en el precente, donde la juventud de ahora tiene una cultura que los niños de la guerra no se tenia escuela y si hacias instrucción como flecha y era obligatorio a cudir cada dia al catecismo.
Yo tengo que confesar que mi colaboración con mi primo Luis que era el sacristan, la iglesia me dio el poder castrar el aceite de las mariposas con una cuchara para las espinacas que cocia mi a buela. Cuando los devotos de las mariposas que a lumbraban a su santo estaban apagadas antes de tiempo se culpaba a las lechuzas de la torre.
Tan bien tengo que confesar que mi colaboración con mi primo tambien medio un gran dijusto. Recuerdo que murió un poderoso en el pueblo y le hicieron un entierro con paradas, era un domingo y descanso en la zapateria. Mi primo me dice que yo doble las campanas para el entierro, como se doblaba desde arriba me acompañó mi amigo Enrique el de Pastora, que en paz descanse. Recuerdo que nuestra afición a la musica de cuerda, las campanas dan tonos para tocar la cucaracha, yo lo hice primero y mi ago tambien la tocó. Muy bagito, pero nuestra afición a la música se nos olvido que el entierro era de paradas, se presentó la guardia civil en la torre y fuimos al calabozo del ayuntamiento. Gracias a la madre de Tubio que era una gran persona y vivia en el mismo patio, nos dejo una manta y tambien nos dio cafe y asi pasamos la nocha mas tranquila sin frio.
Cuando pones la mente en el pasado y te das cuenta que la cuenta atras está llegando al final, me gusta que no se quede en el tintero el recuerdo de los niños de la guerra.
Juan Diaz Balmont.
Nadie puede imaginarse si no lo vive, encontrarte en tu pueblo y sentirte forastero, Gracia a mi amigo Manolito Morcilla, que en paz descanse, reconocia a hijos de mis amigos. Parami el sentirte forastero es igual al siego que se tiene que valer del lazarillo.
Algo que nunca olvidaré del barrio (hoy calle las parras), donde yo nasi, en el vive mi amigo paquillo el de chaleco, en la casa que era de los padres del cabrero. Esta casa era como nuestra desde niño. Al entrar por esa calle notas algo raro, nadie te saluda, si hay alguna mujer en la puerta se mete dentro.
Cuando me disen que mi amigo paquillo vive en casa del cabrero, yo entro al portal y con voz alta digo !Paquillo!, con esa alegria, salió su esposa y medijo, quien es Dv. Para dar esos gritos en mi casa. Yo le dije, perdone que me creo estar en micasa en los años 1940 cuando tenia 14 años y esta casa era de todos los niños del barrio.No se como se puede retornal al pasado sin darte cuenta. Le pedi perdon, salio mi amigo paquillo, nos dimos un abrazo y su esposo comprendió que esto se produce sin pensar en el precente, donde la juventud de ahora tiene una cultura que los niños de la guerra no se tenia escuela y si hacias instrucción como flecha y era obligatorio a cudir cada dia al catecismo.
Yo tengo que confesar que mi colaboración con mi primo Luis que era el sacristan, la iglesia me dio el poder castrar el aceite de las mariposas con una cuchara para las espinacas que cocia mi a buela. Cuando los devotos de las mariposas que a lumbraban a su santo estaban apagadas antes de tiempo se culpaba a las lechuzas de la torre.
Tan bien tengo que confesar que mi colaboración con mi primo tambien medio un gran dijusto. Recuerdo que murió un poderoso en el pueblo y le hicieron un entierro con paradas, era un domingo y descanso en la zapateria. Mi primo me dice que yo doble las campanas para el entierro, como se doblaba desde arriba me acompañó mi amigo Enrique el de Pastora, que en paz descanse. Recuerdo que nuestra afición a la musica de cuerda, las campanas dan tonos para tocar la cucaracha, yo lo hice primero y mi ago tambien la tocó. Muy bagito, pero nuestra afición a la música se nos olvido que el entierro era de paradas, se presentó la guardia civil en la torre y fuimos al calabozo del ayuntamiento. Gracias a la madre de Tubio que era una gran persona y vivia en el mismo patio, nos dejo una manta y tambien nos dio cafe y asi pasamos la nocha mas tranquila sin frio.
Cuando pones la mente en el pasado y te das cuenta que la cuenta atras está llegando al final, me gusta que no se quede en el tintero el recuerdo de los niños de la guerra.
Juan Diaz Balmont.