Muy buenos días desde una de las
bibliotecas de Torrejón de Ardoz, para cuantos vean y lean este
mensaje, y, en especial, para ti, Julian. Pues me temo,
amigo mío que, si queremos charlar, y además hacerlo con calma y con la extensión requerida, tendremos que concertar una quedada a dos bandas, bien en
León o bien en Oviedo. Si decidiéramos hacerla en tu ciudad, yo acudiría solo y en el
tren. Y digo solo, por aquello de no aburrir a mi contraria con charlas y recuerdos de nulo interés para ella.
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