CORDOBA: De mi libro:"Cordoba, Cabra e Ilbira, tres Coras en...

De mi libro:"Cordoba, Cabra e Ilbira, tres Coras en el Califato y su alfoz"incluyo la historia de Cordoba. He aqui la historia.
HISTORIA DE CORDÓBA

La historia de Córdoba se remonta a la Prehistoria por la aparición de restos arqueológicos chelenses que testimonian esta idea y también Estrabón comenta en sus escritos que los túrdulos estuvieron asentados aquí.
También otras fuentes indican que en la Época Neolítica han aparecido restos arqueológicos de aquel entonces, en la Colina de los Quemados.
En etapas más recientes del umbral histórico se conoce que los fenicios llegaron a Córdoba y se testimonia que algunos de sus habitantes se enrolaron en el ejército cartaginés que dirigió Aníbal contra Roma.
Sobre el significado de su nombre se han barajado infinidad de hipótesis. Unos derivan el nombre de Córdoba del hebreo “Kortz” o del fenicio “Kord” que significa oro y según esta tesis la antigua Córdoba significa “lugar de oro”.
Otras teorías como la Humboldt considera que la etimología de Córdoba se deriva de “car” o “cor” que quiere decir “altura y río” o sea “alto cerca del río” por su ubicación de la ciudad cerca del río Guadalquivir.
Con la llegada de los romanos en el año 169 a. C. es cuando Claudio Marcelo, Pretor de Hispania Ulterior instala en Córdoba, una colonia romana. Posteriormente la ciudad se convierte en “Colonia Patricia” y son muchos los nombres ilustres que aparecen vinculados a su historia como los de Julio César, Pompeyo, Agripa, yerno del Emperador César Augusto, Séneca y otros no citados.
Fueron también otros personajes como los mártires Acisclo y Victoria, patronos de la ciudad quienes derramaron su sangre cristiana en defensa de su fe y a finales del siglo VI es el rey visigodo, Recaredo quien adjura el arrianismo y Córdoba se convierte en la capital católica de Andalucía.
Tras la presencia musulmana en Hispania en el 711 son las tropas de Mugrit al-Rumí quien conquista Córdoba y cinco años después, el emir al-Horr quien convirtió a Córdoba, en la capital de la Hispania musulmana llamada Al-Andalus.
Desde su consolidación inicial hasta mediados del siglo VIII, Córdoba es un Emirato dependiente del Califato de Damasco, teniendo una historia turbulenta por las luchas entre diferentes fracciones musulmanas: sirios, bereberes y medinenses.
En el año 755, llega a Al-Andalus, Abd-el-Rahman ibn Moawia, único superviviente de la dinastía Omeya, ya asesinada en Damasco, quien desembarca en Almuñécar el 14 de agosto del 755 d. C y buscando apoyos restaura la dinastía Omeya en Al-Andalus.
Abd-el-Rahman I entra en Córdoba a principios del año 756 y se convierte en el primer emir Omeya independiente (756- 788 d. C) proclamando Al-Andalus como Emirato independiente siendo la primera provincia que se segrega políticamente del Califato Abasida de Bagdad, del que sólo dependen en materia religiosa.
Entre los sucesivos descendientes omeyas destaca el Emir Abd-el-Rahman II que es el periodo cuando durante su reinado alcanza Córdoba su mayor esplendor. El cronista Al-Maqqari describe a Córdoba a mediados del siglo IX como la capital del mundo civilizado y dice así:
“Es digno de mencionar el apogeo de Córdoba durante la época islámica, que se afirma que tenía una población de casi un millón de habitantes, con 3000 mezquitas, y 800 estaban en el arrabal de Saqunda; disponía de 600 baños públicos, el numero de fondas y hospederías era de 1600 y había además 4000 tiendas y comercios, 25 escuelas públicas y un circuito amurallado de la ciudad que tenía una superficie de 2690 hectáreas.
Córdoba además tenía un notable y revolucionario sistema de albañales y aguas corrientes, a lo que sumaba una red de alumbrado público y un ingenioso método de irrigación de la vega circundante, a través de norias y acequias, que extraían el agua del río Guadalquivir (en árabe: uadi al-kabir, el río grande).
Al-Andalus llegó a contar con más de 70 bibliotecas públicas, mientras que en la Europa occidental, todo el saber era únicamente patrimonio del clero.
La biblioteca, del Califa cordobés Al-Hakam II, llegó a contener 400.000 tomos, que el propio Califa había leído todos.
Esta época iniciada culmina en el siglo X con la fundación del Califato de Córdoba por Abd-el-Rahman III quien consigue el cenit de esplendor que es continuada por su sucesor, su hijo Al-Hakam II.
Luego posteriormente a excepción del período del Hachib Abu Amir, conocido como Almanzor, “Victorioso de Alah” quien conseguirá grandes victorias sobre los reinos cristianos de la Península ocupando casi todo el territorio que habían conquistado hasta la cuenca del Duero, Córdoba iniciaría un periodo de decadencia y anarquía como consecuencia de la luchas tribales entre diferentes familias musulmanas que aspiran al poder que logran la desintegración del Califato en el 1031 d. C. transformándose en una multitud de reinos independientes o reinos taifas, circunstancia que aprovecharon los diferentes reinos cristianos de la Península para conquistarla.
En el siglo XIII es conquistada por Fernando III El Santo, rey de Castilla y León incorporándolo a la Corona de Castilla. Después serían los Reyes Católicos quienes se alojan en ella para la toma de Granada.

Julio Reyes Rubio