En la
arquitectura de esta
iglesia fernandina se aprecia la transición del
románico al estilo
gótico ojival, habiendo sido muy modificado en su interior en el año 1749. De planta casi cuadrada tiene
columnas adosadas al muro, hasta la altura de las trompas, que las convierten en octogonal. El interior es de tres naves, el central con artesonado sin crucero y con cabecera de
ábsides poligonales.