En el caso de los
patios se suele usar dos tipos de «chinos» (
piedras redondeadas) dependiendo del tamaño gruesos o finos, y de los
colores que se logren encontrar en número suficiente para hacer la composición, siendo los principales blanco y negro y en algunos casos menos frecuentes los rojizos o grises. Las piedras se suelen colocar de canto formando dibujos geométricos jugando con los colores. En el caso de la arena el proceso finaliza con la compactación de las piedras mediante un riego con
agua y verificando que tienen la tierra adecuada para que sobresalgan los cantos lo suficiente.
Para su colocación en las
calles la
piedra suele ser más grande y frente a la utilización en arena, se suele hacer para las
vías públicas o
plazas una mezcla de arena y cemento sobre la cual se van colocando las piedras o chinos de
río. En este caso se finaliza echando una capa de lechada de cemento o con mortero seco barriéndolo bien para que las piedras no queden manchadas y agua (de
lluvia si es posible).