El cementerio quedó así ubicado frente al barrio judío, a extramuros de la ciudad, en la llamada Albarizuela, con dos caminos de accesos: el camino de Arcos y la que hoy es calle de los Bizcocheros. Al poblarse esta zona se hizo precisa la edificación de un templo cristiano como ayuda a la iglesia matriz de San Miguel a cuya jurisdicción pertenecía Probablemente sería en el siglo XVII cuando se levantara aquí una pequeña iglesia, hacia la mitad de la calle, dedicada al apóstol San Pedro.