La ciudad contaba con diversos templos y
santuarios dedicados a Melkart. El más importante de todos fue conocido en la
antigüedad como el
santuario de Hércules o Herakleión situado en lo que actualmente es el islote de
Sancti Petri. Aparte de servir de culto, probablemente se auspiciaban numerosos acuerdos comerciales poniendo a la respectiva deidad como testigo. Según lo que cuenta Silius Italicus en el siglo i d. C.,