Con la oligarquía encabezada por la
familia de los Balbos, familia de larga
tradición fenicia, que adopta el partido del César (Julio César extendió a sus habitantes la ciudadanía
romana en 49 a. C., según Dión Casio, contra los pompeyanos en la segunda guerra civil, vuelve a florecer la ciudad durante los últimos años de la República romana. Pero según parece ser, a pesar del apoyo y lealtad a César, tras la batalla de Munda, este se dirige al templo de Hércules para expropiar sus tesoros.