En su interior conserva una serie de interesantes
retablos barrocos del siglo XVII, siendo el más relevante el
Retablo Mayor, realizado entre 1651 y 1653, obra del maestro ensamblador Alejandro Saavedra, con dorado y policromado realizado por Juan Gómez Couto hacia 1670. Este retablo, que se presenta enmarcado entre dos enormes
columnas salomónicas de orden
gigante, consta de cuatro cuerpos de altura (tres y el ático), y aparece presidido por una talla de una inmaculada cercana a Pedro Duque Cornejo, por encima se encuentra una imagen del
santo titular, Santiago, en el centro del piso superior, en el ático la imagen de un Crucificado.