y el propio Julio César le concedió el título de civitas federata al Senado
romano. La ciudad alcanza una gran prosperidad en la época
romana, se construyen anfiteatros,
acueductos y se convierte en la segunda ciudad más poblada del Imperio durante un breve período. Durante esta época vivían en la ciudad más de quinientos équites (una casta de ciudadanos notables), rivalizando con Padua y la misma Roma.