Surgió como consecuencia de la destrucción de la antigua ciudad musulmana en el terremoto de 1518, cuando el rey Carlos I de
España, tras este acontecimiento, pidió que se informase sobre la conveniencia de reedificar la ciudad y la fortaleza de
Vera. Dicho informe consideraba muy conveniente y necesario por la defensa de la tierra la construcción de una ciudad de nueva planta, con
muralla,
torreones y en el centro un templo parroquial, de planta rectangular y traza de fortaleza, con sendas
torres en las
esquinas. Siguiendo este planteamiento, en el año 1521 se inicia su construcción por alarifes moriscos bajo la dirección de Francisco
Capilla.