Como ya José María y todos los demás (demás que hoy no aparecieron por el foro), se fueron a dormir, les voy a contar algo, que ahora sí estoy seguro de que ninguno de ustedes se acuerda, y no se acuerda, porque no lo vivieron, y no lo vivieron porque, como dijo el filósofo, por entonces Uds. eran “algo por hacer”.
Aunque haciendo memoria creo que sí debe haber algunos que se acuerden de lo que voy a decirles, como por ejemplo, Rafael de Don Enrique, que tendrá un par de años más que yo y que estará no muy lejos de Nieva.
¿De que se trata?
Se trata de los vehículos a gasógeno
Estaríamos en los primeros años de la década del cuarenta (yo nací en mayo de 1939), y en Nieva y en sus alrededores era todo un comentado acontecimiento la llegada o el paso de un vehículo automotor, fuera automóvil, camioneta o camión.
Pues entonces, en esa época, vimos unas cuantas veces (pocas), por La Calle, uno de esos destartalados aparatos, unas veces llamado automóvil y otras camión, que los chiquillos corríamos de atrás y lo rodeábamos en cuanto se detenía.
Estos vehículos eran impulsados por gasógeno, o sea, por un gas que se producía al quemarse leña o algún otro elemento combustible que abundara en la zona, como podía ser la cáscara de almendra. En su parte de atrás se observaba un espacio para la materia a quemar y una especie de caldera que producía el gas que lo impulsaba. No era vapor, ni la conocida gasolina, que por esos años y a raíz de los acontecimientos en España y en Europa, decían era prácticamente inexistente. El hombre, en su constante progreso, se las ingenió para superar el problema, adaptando los motores de la época.
Para percatarse de su llegada, o más bien de su acercamiento al pueblo, era suficiente el ensordecedor ruido que para aquellos silenciosos lugares, producía su motor.
Piensen, comparen con la época actual.
Ni se lo pueden imaginar. ¿Verdad?
Aunque haciendo memoria creo que sí debe haber algunos que se acuerden de lo que voy a decirles, como por ejemplo, Rafael de Don Enrique, que tendrá un par de años más que yo y que estará no muy lejos de Nieva.
¿De que se trata?
Se trata de los vehículos a gasógeno
Estaríamos en los primeros años de la década del cuarenta (yo nací en mayo de 1939), y en Nieva y en sus alrededores era todo un comentado acontecimiento la llegada o el paso de un vehículo automotor, fuera automóvil, camioneta o camión.
Pues entonces, en esa época, vimos unas cuantas veces (pocas), por La Calle, uno de esos destartalados aparatos, unas veces llamado automóvil y otras camión, que los chiquillos corríamos de atrás y lo rodeábamos en cuanto se detenía.
Estos vehículos eran impulsados por gasógeno, o sea, por un gas que se producía al quemarse leña o algún otro elemento combustible que abundara en la zona, como podía ser la cáscara de almendra. En su parte de atrás se observaba un espacio para la materia a quemar y una especie de caldera que producía el gas que lo impulsaba. No era vapor, ni la conocida gasolina, que por esos años y a raíz de los acontecimientos en España y en Europa, decían era prácticamente inexistente. El hombre, en su constante progreso, se las ingenió para superar el problema, adaptando los motores de la época.
Para percatarse de su llegada, o más bien de su acercamiento al pueblo, era suficiente el ensordecedor ruido que para aquellos silenciosos lugares, producía su motor.
Piensen, comparen con la época actual.
Ni se lo pueden imaginar. ¿Verdad?