¡Hola Patri!, gracias por tu respuesta y en primer lugar quiero agradecerte el ofrecimiento de tu amistad y de tu casa. Si alguna vez voy por Barcelona, te lo haré saber y te visitaré. Si bien lo que más deseo es volver a pasear a España, a esa España que tanto quiero y donde tengo tantos familiares y amigos, dudo pueda hacerlo (por causas no precisamente económicas), aunque no pierdo las esperanzas.
Con relación a tu padrino, José María, "El Cuco", no tengo ninguna duda que fué él quien estuvo por aquí por los años 1950 y al que ví las veces que estuve en Nieva, tanto en el bar de Miguel como en su casa en la punta arriba de la calle, con tu madrina (de la que ahora no me sale el nombre y no quiero demorar el mensaje). Y a los Calletanos, los recuerdo perfectamente, pues allí teníamos nosotros unos bancales a los iba con Papá y/o mis hermanos a sembrar, regar, segar, aporcar panizo, etc.; por supuesto yo miraba y generalmente hacía de pastor, cuidando una cabra y algunas ovejas que tambien teníamos. Nuestros paratos empezaban a partir de la casa que llamábamos del gitano, hacia abajo en forma de escalones (creo que eran tres) hasta el bancal grande, que hacía una explanada; un pedazo de este bancal grande, era nuestro; en la tochás de los bancalitos de arriba, había olivos, junto a cuyo tronco y sombra solía sentarse papá a fumar su pipa mientras descansaba y yo, por supuesto lo observaba sentado a su lado. Bueno, basta por hoy, un saludo y hasta pronto. Jesús.
Con relación a tu padrino, José María, "El Cuco", no tengo ninguna duda que fué él quien estuvo por aquí por los años 1950 y al que ví las veces que estuve en Nieva, tanto en el bar de Miguel como en su casa en la punta arriba de la calle, con tu madrina (de la que ahora no me sale el nombre y no quiero demorar el mensaje). Y a los Calletanos, los recuerdo perfectamente, pues allí teníamos nosotros unos bancales a los iba con Papá y/o mis hermanos a sembrar, regar, segar, aporcar panizo, etc.; por supuesto yo miraba y generalmente hacía de pastor, cuidando una cabra y algunas ovejas que tambien teníamos. Nuestros paratos empezaban a partir de la casa que llamábamos del gitano, hacia abajo en forma de escalones (creo que eran tres) hasta el bancal grande, que hacía una explanada; un pedazo de este bancal grande, era nuestro; en la tochás de los bancalitos de arriba, había olivos, junto a cuyo tronco y sombra solía sentarse papá a fumar su pipa mientras descansaba y yo, por supuesto lo observaba sentado a su lado. Bueno, basta por hoy, un saludo y hasta pronto. Jesús.